La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, nombró su gobierno que comienza dando sus primeros pasos. Cuando escribo éste artículo no se conoce todavía el nombre del que será responsable del juego. La verdad es que se han dejado atrás los tiempos en que los reguladores estaban varias legislaturas desempeñando su cometido, no sólo en Madrid sí no también en otros territorios, con lo que aportaban al ejercicio de su cometido experiencia y conocimiento a fondo de los temas a tratar.
Esta situación ya no es previsible que se repita en adelante. Los gobiernos autonómicos ya no son uniformes en muchos casos y tienden hacia la coalición de dos o más partidos y el baile de nombres a la hora de formar un ejecutivo es constante. Casos como el de Fernando Prats en Madrid, al que insisto no se le hizo el reconocimiento debido a su más que notable labor, o el de José Antonio Soriano, Luis Miguel González Gago o Amadeo Farré es muy difícil que se repitan. En la actualidad queda como único referente en ése sentido Aitor Uriarte en el País Vasco, decano de los reguladores con mucho trecho político cubierto que ya se lo sabe todo del juego y por dicha razón el sector está muy estabilizado en su territorio.
En Madrid dado que el gobierno mantiene su vitola política cabe esperar una gestión continuista en materia de juego. En las autonomías que han cambiado de signo, cuyos casos más notorios son los de Comunidad Valenciana, Aragón y Baleares sí que se han abierto muchas expectativas de mejora. Se viene de unos largos períodos en los que se ha hecho poco o nada por el juego. Me atrevería a afirmar que más bien se ha ido contra el sector en lugar de propiciar medidas que le permitieron avanzar y mejorar. Por ello en los territorios señalados se confía que se produzca una revisión en toda regla de las normativas vigentes.
Sea como fuere se impone un volver a empezar. Todavía tendrá que transcurrir un período no corto en la que los nuevos responsables del juego empiecen a familiarizarse con la actividad y sus problemas más acuciantes. Paciencia y a barajar.
