En una entrevista mantenido por SECTOR con la directora general de Relaciones Institucionales de Castilla y León, Irene Montero decía: «Lo que debemos plantearnos ante el juego es el grado de conocimiento que se debe tener sobre la actividad, porque si no la conoces bien lo que haces sobre la misma puede correr peligro por actuar en exceso o de forma equivocada.» ¡ Bingo ! La reguladora ha dado con sus palabras en la diana de las certezas.
Resulta que cada vez se habla más del juego privado. En el ámbito político, informativo y social. Pero en la mayoría de los casos se toca de oídas. Es decir dando muestras de un conocimiento meramente superficial cuando no de una frívola ignorancia. Y ésto se hace abordando temas del mayor calado e importancia sin medir las consecuencias de unas opiniones o descalificaciones que dañan seriamente al sector. Lo grave del asunto es que éste pronunciarse alocadamente sobre el juego sin un bagaje suficiente, sin contar con antecedentes que sustenten la argumentación requerida no sólo se produce, por lo general, en los medios generalistas. Es que acontece en la propia esfera política donde hay tipos que se permiten cargar con alevosía contra el juego sin tener ni pajolera idea de lo que están afirmando o condenando con absoluta desfachatez.
Es un mal arraigado y persistente: el denostar al juego sin saber del juego. Sin estar familiarizado con lo más elemental de la actividad. Hablar por hablar sin medir el efecto de las palabras. Por éso sería cuestión de que muchos se aplicaran el cuento: antes de tocar de oídas que se tomen la molestia de informarse, aunque sea levemente. La recomendación pienso que es inútil. Es pedir peras al olmo. Lo que vende es cargar contra el juego. Que triste.
