La extrema izquierda, y la menos también, están haciendo del juego, y más en concreto de los salones, bandera ideológica que airean al viento del sectarismo y de la falacia. Los de Compromís en el Ayuntamiento de Valencia han comparecido en plan electoral para exponer algunas de sus propuestas. Una de ellas consiste en feminizar al máximo los efectivos de la policía local y dentro de ésa parcela crear una unidad especial destinada al control de los salones.
¿ Como se quedan con la idea de éstos chavalotes y chavalotas que se distinguen por su manifiesta ineficacia a la hora de gestionar ? Estamos cansados de ver y leer que en la mayoría de barrios de Valencia falta vigilancia; que los efectivos de la policía local brillan por su ausencia en los momentos en los que lo necesita la ciudadanía; que hay más agentes dedicados a sancionar infracciones que a la prevención de desmanes callejeros. Cuando esto es así, porque está divulgado y denunciado, la izquierda radical incardina entre sus prioridades municipales el destinar una unidad específica para que fisgonee por los salones y los mantenga a raya.
Hay que confiar en que tan delirante proposición, fruto de la fiebre prelectoral en la que han entrado los partidos, no prospere. Y de paso habría que recordarles a ésta panda de incompetentes, que ni saben ni estudian los temas de su competencia, que existe una brigada del juego que se ocupa de los asuntos relacionados con el mismo, con unos cometidos y unas directrices muy claras. Que los municipios tienen encomendadas otras funciones, que en ocasiones no son atendidas, ni muchos menos, a satisfacción de los contribuyentes y que son en ésos asuntos en los que deben de actuar, con eficacia y pulcritud, los funcionarios dependientes del Ayuntamiento. Así que señores de Compromís, déjense de majaderías y pónganse a trabajar sí saben lo que es eso.
