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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Las formas

21 de marzo de 2022

A los políticos debe exigírseles cuidado en las formas. La representación que ostentan acarrea asumir un racimo de normas en materia de comportamiento público. Un político debe ser educado, cortés, respetuoso y nada proclive a caer en las malas formas, el desaire, la grosería o la muestra de la más elemental falta de educación. Estas son, en teoría, las líneas básicas y elementales de actuación para el ejercicio de la política y, como contrapartida, las que en modo alguno son admisibles para quienes ostentan por mandato electoral la representación popular.

Sin embargo el panorama político español ofrece muestras más que sobradas de políticos cuyos gestos y actitudes ni son ejemplares ni responden a las reglas más simples que entendemos por buena crianza. Hablando en plata: por sentido de la educación, por saber comportarse ante determinadas situaciones que demandan estar a la altura de unas exigencias cívicas y protocolarias que merecen ser atendidas y respetadas.

Dos casos recientes son ilustrativas de lo que estamos comentando. Con motivo de la constitución las Cortes de Castilla y León unos procuradores socialistas le negaron la mano y el saludo al recién nombrado presidente por su pertenencia a VOX.

La otra estampa se reitera en el tiempo. Con motivo de la reunión de presidentes autonómicos con el del gobierno el máximo representante de la Generalitat de Cataluña llegó deliberadamente tarde a la cita para no hacerse la foto de familia con el Rey de España que es, aunque trate de ignorarlo éste mentecato, su máximo jefe al frente del Estado.

Son dos pruebas, y las hay para dar y vender, del grado de rusticidad, de descortesía, de malos modos, de carencia de urbanidad y sentido del decoro que ofrecen muchos de nuestros políticos. Para llorar.