¿ Hay que decirle bienvenido al 2021 ? Como a todo recién nacido hay que recibirlo con síntomas de alegría, con ésa sensación entre nerviosa y esperanzada que depara lo nuevo, lo que está por estrenar, lo que provoca incertidumbres y también ilusiones, horizontes por descubrir, metas a conquistar, dificultades que superar. Abrimos un nuevo ciclo en el calendario de nuestras vidas, somos un año más mayores o más viejos pero mantenemos intacto el deseo de seguir, de calentarnos al sol de los afectos, de reagruparnos cálidamente en la tribu familiar, de sentir el amor de quienes nos llevan muy dentro.
No empezamos el año con augurios optimistas. Hemos venido dejando atrás días de dolor y soledad, largas jornadas en las que el transcurrir del tiempo dentro del hogar se hacia interminable y frustrante, humanamente nos empequeñecía haciéndonos presa fácil de un destino atemorizante por lo incierto. Ha sido muy duro, ha puesto de relieve lo frágiles que somos, lo expuestos que estamos ante cualquier zarpazo del destino que hará cambiar nuestra existencia y nuestro rumbo. Sin embargo, no cabe ceder ante la adversidad por dramática que sea. Hay que afrontar 2021 con la mirada puesta en un horizonte abierto a la sonrisa, al trabajo fortalecido, a la empresa en marcha, a los abrazos compartidos y los apretones de manos. Pongamos fin a la mano en el pecho, que ya duele, y demos la bienvenida a un 2021 que acabe con la tristeza y nos haga disfrutar de nuevo de la alegría de vivir que es sentir, conmoverse y amar. Lo deseo para todos.
