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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Adelson sigue a lo suyo

19 de mayo de 2017

Sheldon Adelson, uno de los grandes patrones del juego de las Vegas, sigue a lo suyo: vendiendo megaproyectos como el de Madrid y tratando sacar de su inversión millonaria la tajada más grande posible. Ahora anda merodeando por Brasil ante el aroma que desprende el país sobre una próxima legalización de las prácticas del azar. Que viene anticipándose desde hace tiempo y que no acaba de cuajar.

Adelson airea su propósito de invertir en Brasil 8.000 millones de dólares de una tacada. Levantando casinos, hoteles y lo que se tercie. Y divulgando la creación de puestos de trabajo a barullo. Que falta están haciendo en un país metido de lleno en la recesión económica.

Este es el preámbulo que mueve el interés y la predisposición a la servidumbre hacia el millonario judío. Que luego, cuando se entra en materia y se comience a hablar en serio impondrá sus condiciones para iniciar la aventura empresarial. Tratará por todos los medios de blindarse en lo tocante a impuestos, ventajas fiscales y exigencia de facilidades de todo tipo si quieren que su proyecto se haga realidad. Y en caso de no plegarse a sus planteamientos se largará de tanta fantasía derrochada y tanto humo desplegado y divulgado con euforia a los cuatro vientos.

Conviene no escandalizarse ni asombrarse por las prácticas y tácticas del señor Adelson. Que son las propias de un tipo que arriesga, que suelta muchísima pasta en las operaciones en que se mete y que demanda garantías antes de jugársela. Y que por descontado no traga con las obligaciones draconianas que aquí se les ponen a las empresas del juego. Y en su caso concretamente a los casinos. Si un país, una comunidad o una región pretenden contar con negocios sólidos, que funcionen y generen empleo las administraciones deben de olvidarse del pasado, de la fiebre del oro en el juego, que ya pasó, y pisar suelo. O se bajan del burro maltratado económico al juego o aquí las inversiones serán cada vez más raquíticas y habrá menos empleo. Los tipo como Adelson lo tienen más que claro.