Finalizó la feria de Madrid. Es la hora de inventariar el acontecimiento y extraer conclusiones. Lo que sí es medible en un acontecimiento de éstas características es la evaluación de aquéllos que merecen la catalogación de grandes, de gigantes del sector. Y en ése sentido nadie puede discutirle a ZITRO su condición de líder auténtico, de marca que tiene poder suficiente para concitar a su alrededor a numerosísima gente, que ostenta la fuerza comercial suficiente para no sólo arrastrar a los operadores si no para convencerlos con la magia de sus productos que, como se anticipaba, han hecho historia en FIJMA.
Hay empresas que se autoproclaman líderes y otras lo son por el ejercicio de un magisterio que se traduce espléndidamente en su obra, en sus creaciones, en su ingenio puesto al servicio de la innovación y de aquéllo que demanda el futuro. Esos aromas que denotan lo sorprendente, lo que revoluciona y encandila es lo que reafirmó ZITRO en la Feria de Madrid. Confirmando con la contundencia de los hechos, y de los productos surgidos de su fábrica de ideas, es que si está donde está es por el resultado que se deriva de una trayectoria impecable, que ha sabido anticiparse a las demandas del juego y de sus usuarios, que ha impregnado sus modelos y sistemas de imaginación y de un sentido del entretenimiento que divierte y apasiona, que logra hacer vivir al usuario emociones inéditas. Este es su gran secreto, su fórmula incontestable para auparse a la cima del éxito.
Johnny Ortiz, alma, corazón y vida de ZITRO posee en su fuero interno una vocación de líder nato. De empresario cabal cuya ejecutoria debe ser estudiada por los círculos de jóvenes emprendedores. De luchador ajeno al desaliento que pelea hasta la extenuación cuando se trata de situar a su compañía en lo más alto. Todo éso trascendió y quedó puesto de relieve en la pasada Feria en la que la imagen de ZITRO brillo con fulgor inusitado como sólo son capaces de lograrlo los que poseen madera de líderes auténticos. Y ZITRO lo es por derecho y por obras que son amores. Así de claro.
