Es la pregunta que se hace el juego español tras conocerse la noticia de la venta de CIRSA por Manuel Lao al fondo Blackstone. Porque son bastantes los interrogantes prendidos en el aire de la incertidumbre que habrá que ir despejando de manera paulatina. Aunque desde hace tiempo venían circulando rumores de filtraciones interesadas lo cierto es que el anuncio ha dejado al sector entre la resignación de lo que se veía venir y el estupor propio de un final indeseado.
CIRSA ha sido líder indiscutible del juego español con peso e influencia a escala internacional. Y su cambio de propiedad tendrá incidencia sectorial y abre la puerta a un cambio sustancial de decorado. Que no podemos anticipar que características tendrá pero que diferirá en aspectos concretos del que hasta ahora configuraban la identidad de la empresa. Eso siempre ha sido así cuando se produce un traspaso de poder de ésta naturaleza.
Y luego está el mutis de Manuel Lao. Que ha sido y a otro nivel seguirá siendo un gigante del juego, una personalidad arrolladora, puro volcán, tempestuoso, audaz, intuitivo y con talento natural suficiente para haber hecho de CIRSA una empresa de muchos quilates. En lo profesional, en lo tecnológico y en lo económico.
Con semejante historia, que refleja las páginas más brillantes del juego español; con la influencia y la orientación que ha ejercido CIRSA en la industria del ocio es lógico la pregunta: ¿y ahora qué…? En manos de Joaquim Agut queda el timón para la nueva singladura. Que son manos expertas y de vista larga. Travesía sin sobresaltos es lo que deseamos. Por el bien último del sector.
