¿Alguién había puesto en tela de juicio que España tiene gobierno ? ¿Y que éste , además, está formado por un grupo de damas y caballeros muy preparados para ejercer sus altas responsabilidades, muy experimentados en la gestión pública y nada proclives a la utilización de la ideología para adoptar decisiones ?
Quienes dudaban de la existencia de un gobierno, de su eficacia y capacidad de gestión se han llevado un chasco monumental. La realidad de los hechos ha servido para abrirles los ojos y percatarse de su tremendo error. A diario y a cualquier hora las televisiones, todas las cadenas sin excepción, proyectan mensajes de los distintos ministerios. Y a través de ellos recibimos información fiable de su labor, de sus conquistas sociales, de los beneficios que recibimos los ciudadanos de su impagable trabajo. La frase gobierno de España con la que finaliza ésta sucesión de logros, en muchos de los cuales quizás no habíamos caído, son el colofón de una tarea inmensa en la que compiten con sentido de la responsabilidad, acierto y millones de euros los distintos ministros que nos han tocado en suerte y que son acreedores a los mayores elogios y reconocimientos.
De entre todos los mensajes ministeriales el que más me ha impresionado es el de "España es el país más rico del mundo." Al escucharlo pensé: éste anuncio anticipa el fin del paro laboral, la creación de empleo joven, la vivienda accesible, la presión impositiva moderada, la potenciación de los autónomos, el fortalecimiento de la clase media. Y un amigo me saca del error : lo del país más rico del mundo se refiere a la paella, los callos, el cocido, el chuletón de Lugo, el pan con tomate y jamón y la caldereta de langosta. Me quedo pasmado ante la confusión y pienso que me han estado engañando con tanta publicidad barata, que sube un pico y que pagamos todos.
