Los podemitas y sus afines se tiran de los pelos por la publicidad de los juegos privados. Y sus teorías al respecto, cocinadas al paladar de la demagogia, van calando. En lo sucesivo el ministro de las Casas de Apuestas, que ya tiene bemoles el título, un contumaz comunista que abomina de la economía de libre mercado, tendrá oportunidad, supongo, de ocuparse de proyecto de reglamento de la publicidad que duerme el sueño de los justos. Por razones que se adivinan pero no se dicen.
Se cacarea mucho sobre la publicidad del juego privado y nadie se mete con la del público o semipúblico, llámese SELAE u ONCE. Los mandatarios de SELAE anuncian un contrato de 52 millones de euros para publicitar sus productos que son la tira. Para invitarnos a viajes de fantasía, playas paradisíacas incluidas, sueños millonarios y hacernos, de paso, soltar alguna lagrimita con motivo del gordo navideño. Con 52 kilos tenemos el ametrallamiento de SELAE más que asegurado.
Y ante tan alto, y si me apuran indecente dispendio, ¿qué hará el ministro de las Casas de Apuestas? ¿Abortará la operación debido a su extrema higiene moral?. Descuiden: en lo público cuanto más gasto mejor. Y a lo privado: leña al mono que es de goma. Es lo que viene.
