El ministerio de Hacienda anuncia la celebración de un acto en recuerdo de Fernando Prats Mañez. Tendrá lugar el próximo 1 de julio en el Instituto de Estudios Fiscales de Madrid y participarán en el mismo destacados representantes del ámbito político y universitario. La iniciativa, tan justa como loable, tiene la finalidad de evocar y resaltar la figura de un alto funcionario de la Administración del Estado y Autonómica que a lo largo de su carrera, brillante y dedicada con inteligencia y compromiso al servicio de lo público, dejo constancia de su talento, su capacidad de interlocución y su dominio absoluto de los temas de su competencia. La gestión desplegada al frente del juego de la Comunidad de Madrid, que resultó clave para su evolución, trascendió de los límites autonómicos y se convirtió en referencia nacional siendo reclamada su presencia, por notable y esclarecedora en su concepción sectorial, en numerosos foros y tribunas de debate.
Me alegra éste homenaje a la memoria de Fernando Prats. Es un reconocimiento explícito al desarrollo de una labor muy destacada en el plano de los tributos y el juego. Una función propia de un profesional con preparación muy sólida, con ideas y amplia visión de los temas de su competencia que enfocaba con rigor y altura de miras.
Lo triste es que ése recuerdo de Fernando Prats resulta tardío. Sobre todo para el juego de Madrid que debió promover un acto de reconocimiento nada más ser relevado de su puesto en la Comunidad. Máxime cuando en su última etapa fue objeto de una cacería política por parte de la izquierda radical. Faltó sensibilidad, valentía, generosidad y sentido de la oportunidad en la hora del adiós de Prats. Que era la ocasión propicia para resaltar y agradecer su tarea. No se hizo dando pruebas de una ingratitud manifiesta. A la que somos muy dados los españolitos.
