Se podrá estar o no de acuerdo con sus opiniones. Su postura ante determinados temas puede provocar la controversia pero nadie es capaz de discutir la claridad de María Ángeles Júlvez al abordar los problemas del sector. La directora general de Justicia e Interior de Aragón se caracteriza por no morderse la lengua, por decir lo que piensa y por sacudirse de encima la doble moral que tanto gusta a los políticos cuando se meten en los asuntos del juego. En sus declaraciones siempre hace referencia al grandísimo desconocimiento que existe del juego, a la desigualdad publicitaria entre el juego presencial y online y a los temores empresariales a la hora de defender públicamente sus intereses.
Júlvez ha puesto el dedo en la llaga en cuestiones que irritan y sublevan. Como es el rasca de la ONCE, juego instantáneo como el que más que es objeto de bombardeo publicitario. O la exasperante tardanza por regular el juego online debido a presiones de empresarios, grupos mediáticos o el propio Estado. O lo absurdo de prohibir un salón junto a un centro educativo y no seguir las mismas pautas con un estanco. Son ejemplos de no cortarse un pelo llegada la hora de mojarse y meterse en materia. Sin circunloquios y entrando por derecho.
Y no le falta razón a María Ángeles al mencionar los miedos del empresariado del sector para hacer valer sus derechos y esgrimir sus razones. Para dar la cara por una industria del juego que está siendo blanco de feroces ataques auspiciados por grupos políticos de extrema izquierda.
