Llegan en cascada los anuncios de empresas que informan que no estarán éste año en la Feria de Londres. Se ha producido un efecto mimético tras expresar unos cuantos grandes grupos su decisión de no acudir a la cita de ICE por la inadecuación de las fechas y entender que habrá un bajón en el número de visitantes. A éste manifiesto se han ido sumando de manera progresiva otras firmas que siguiendo las directrices marcadas por los grandes tampoco acudirán a la capital del Támesis. A la vista de como vienen sucediéndose los acontecimientos todo parece indicar que el batacazo de la Feria en su próxima edición puede ser de proporciones considerables.
Londres ha sido hasta hoy el principal escaparate mundial del juego. El más completo, el más internacional, el de mayor poder de convocatoria. Un borrón en forma de pérdida de mucho espacio de exposición, con ausencia de los que tradicionalmente se erigen en faro y punto de principal atracción del evento, y su reflejo en la disminución de un porcentaje notable de asistentes podría plantear incógnitas de cara al futuro. Estos baches, en el supuesto de revestir caracteres muy negativos, suelen dejar secuelas difíciles de reparar.
Ni soy augur ni me atrevería a dar ningún pronóstico sobre si tendrán consecuencias los resultados que se deriven de la edición 2022 de la Feria de Londres. Los que no estarán en abril anticiparon que volverán en 2023. Falta mucho tiempo hasta entonces y ya veremos en que queda todo a partir del certamen que está todavía por ver. Y valorar.
