FBM Foundation prosigue su grandísima labor social en Filipinas. La empresa que dirige Rui Francisco no cesa en su labor humanitaria, en prestar ayuda a los más necesitados, en tratar de llevar un soplo de esperanza a quienes la han perdido o no saben lo que significa ésa palabra. En Malate están llevando a cabo un programa destinado a la asistencia de niños y estudiantes que necesitan un apoyo imprescindible para salir de los focos donde impera la pobreza y adquirir una formación que les permita transitar por la vida con un mínimo de conocimientos. En ése sentido FBM Foundation esta desarrollando una actividad tan destacada como digna de encomio.
FBM tiene un potente mercado del juego en Filipinas, donde sus productos gozan de aceptación general y son sinónimo de éxito seguro. Por eso pienso que una presencia comercial tan destacada como la suya tiene su reflejo inteligente en las acciones promovidas por su Foundation que ponen de manifiesto una sensibilidad social muy acusada que se hace eco de los problemas que acontecen a su alrededor y que son merecedores de atención y apoyo. Esos son rasgos que definen y acreditan a una corporación y eso lo han sabido entender muy bien Rui Francisco y sus colaboradores.
Lo hemos repetido en distintas ocasiones: aciertan quienes impulsan iniciativas que sacan al juego de sus límites de actuación e invaden otros campos ajenos a la actividad. Pero que sirven para poner de relieve y en valor que la industria posee pulso social, se interesa por los problemas de envergadura, está atenta a las situaciones que demandan que la solidaridad pase de las palabras a los hechos, que existe un compromiso empresarial en éste sentido. Esta conciencia la ha hecho suya FBM bajo el mandato de Rui Francisco y debe de ser reconocida y resaltada por su desprendimiento y por su objetivo de acudir en socorro de los que solicitan una mirada de cariño y de hechos tangibles.
