La medida de PP de La Rioja de invitar a un panel de expertos para mejorar la Ley del Juego es una lección de sensatez. En ése panel figuran destacados profesionales del sector que por su experiencia y conocimientos están en disposición de exponer una panorámica del juego real más allá de clichés o prejuicios.
Estamos acostumbrados a que los partidos políticos actúen de espaldas al juego cuando se procede a legislar sobre la actividad. Sus representantes, en el mejor de los casos, se limitan a recibir los informes o peticiones de las entidades empresariales y luego, a la hora de actuar, se ciscan en ellas, no les prestan excesiva atención, ni adquieren el menor compromiso formal.
Existe un vacío deliberado en la relación entre políticos y juego. Los partidos, salvo excepciones aisladas, no se distinguen por su interlocución con las gentes del sector, a las que si pueden eludir pues mucho mejor. No nos engañemos: el político vive de la imagen, del populismo fácil y el juego no da ésa imagen rentable de cara a la ciudadanía. Aceptando la crudeza de ésta situación no estaría de más que cundiera el ejemplo de La Rioja y se contara con los profesionales, los que pueden desmontar leyendas y aportar luz, datos y verdades frente a la caterva de mentiras urdidas alrededor del juego.
