El Congreso del Juego por antonomasia es el de Castilla y León. El primero y único encabezado por una Administración Pública, la Junta, contando con el apoyo de las asociaciones empresariales, que han aportado y aportan mucho para la realización del evento. No hay otro precedente en nuestro país de ésta naturaleza y ello es síntoma inequívoco de que gobierno autonómico y sector han sabido fijar puntos de entendimiento puestos al servicio de un fin que ha venido celebrándose con éxito indiscutible a lo largo de dieciséis años y que en la edición actual suma uno más.
Para mí lo más importante de ésta convocatoria es el hecho de que la Junta de Castilla y León abanderó desde su inicio el Congreso. Y lo asumió con absoluta naturalidad, como lo hubiera hecho con cualquier otro sector de la actividad industrial. ¿Que me lleva a destacar ésta circunstancia ? Sencillamente que ninguna otra Administración Autonómica ha seguido ésta línea de actuación ni de lejos por una razón única: no tienen el menor interés en vincularse de una manera oficial y formal con el juego privado. Aquí radica la notoriedad de ésta cita anual que proclama la valentía de la Junta al tiempo que pone al descubierto los prejuicios y complejos que sobre la actividad mantienen la inmensa mayoría de gobiernos, sean del color que fueren. Esto es así y es de justicia resaltarlo.
Una iniciativa de éste calado, sobre todo si hablamos que se produjo veinte años atrás, ni fue fácil ni estuvo exente de escollos. Y tuvo sus nombres propios que fueron los llamados a que el proyecto fuera realidad. Por la Administración el nombre de Luis Miguel González Gago resultó determinante. Puso a contribución de la idea pragmatismo político, voluntad de entendimiento y valentía para sacar adelante el Congreso. Dos décadas después se produce su reencuentro con el mismo en su calidad de consejero de Presidencia de la Junta. Y supongo que experimentará una emoción especial al reencontrarse con un evento consolidado y prestigiado de la que se erigió en uno de sus principales progenitores.
Por el lado asociativo todos los participantes se mostraron entusiastas y decididos. Papel destacado en este caso el de ASECAL, asociación del bingo presidida desde su fundación por José Ballesteros Requejo, que ha sido a lo largo del tiempo un pilar básico y determinante para la potenciación y continuidad del Congreso de Juego de Castilla y León. Que por sus excelentes hechuras es un ejemplo a imitar por el conjunto español del juego.
