El Movimiento Cinco Estrellas de Italia, cuya denominación invita a un hotel de lujo, hermano siamés de los podemitas españoles, ha impulsado la aprobación de un “decreto por la dignidad” que, entre otras medidas, combate la ludopatía y prohíbe la publicidad en los juegos de azar y las apuestas.
La extrema izquierda populista, y la más tibia también, tienen fijación mental con el juego , una ojeriza indisimulable que aflora nada más huelen el poder o cogen el bastón de mando. Apenas se meten con las drogas, quizás porque suelen emporrarse o jugar a las cuatro rayas; ni tampoco lo hacen con otras adicciones que demandan prevenciones sociales. Lo suyo, por instinto malsano, es leña al juego y fomentar por todos los medios la alarma social sobre los peligros de la actividad.
Han estado prestos y dignos los populistas italianos para prohibir la publicidad del juego. No tuvieron ése rasgo de dignidad, ni de humanidad, ni de sentido solidario cuando vetaron la entrada a puerto de un barco con más de seiscientas personas huídas del infierno. Lejos de abrir los brazos del socorro humanitario a un puñado de desesperados entre los que estaban mujeres y niños se ufanaron de la canallada. Así de dignos son éstos tipejos.
