Hay que darse prisa y sacar el billete para Barcelona. La cita es en ICE 2025 y conviene acelerar los trámites para preparar el viaje por el medio de transporte elegido. Los que somos de Valencia y tenemos que utilizar los servicios de tren nos enfrentamos a un verdadero suplicio. Tres horas muy largas que se hacen realmente interminables hasta llegar a la ciudad condal. Nuestros gobernantes, que presumen de ser modelo de progreso y de avances en todos los frentes, han sido incapaces hasta ahora de implantar un AVE en el itinerario que abarca el Corredor del Mediterráneo y que resulta vital para el trasiego de viajeros de la zona que están, en lo concerniente a éste servicio del ferrocarril, manifiestamente maltratados.
Mucho hablar, mucho echar mano del autobombo respecto a los avances de España, mucho fanfarroneo de nuestros políticos en materia de logros destinados al bienestar de la ciudadanía, y en éste capítulo de las comunicaciones por tren entre Alicante-Valencia y Barcelona estamos poco menos que paralizados, tal y como si nos hubiéramos plantado en los albores del siglo XX y conviene recordar que estamos en el XXI.
Desplazarse desde la capital del Turia hasta las Ramblas optando por el ferrocarril es sacrificar buena parte de la jornada, o sea entre siete u ocho horas perdidas de ida y vuelta, suponiendo que se cumplan los tiempos fijados cosa que no siempre suele ocurrir. Entre tanto no queda otro recurso que el empleo de la tablet, el móvil con las consabidas interrupciones por cobertura deficiente o cascarse de un tirón una novela de trescientas páginas, que no es mal recurso tampoco ante la extrema pesadez del dichoso viaje.
En cualquier caso, RENFE aparte, hay que prepararse para ICE 2025 que está a la vuelta de la esquina y que seguro que depara sorpresas de muy variado signo. Del viajecito en cuestión ya les tendré al tanto de sus delicias y de sus pasos de tortuga. Todo un trayecto que ofrece tiempo suficiente para elaborar un relato de terror. Similar al de la aventura ferroviaria.
