No son los tiempos presentes proclives para emprender aventuras empresariales. Máxime cuando un clima bélico repercute gravemente sobre la economía europea y desata múltiples incertidumbres. Por ello resulta reseñable que en períodos donde casi todo se contrae por temor a lo que pueda venir sigan existiendo gentes que no duden en nadar contra corriente, en ser fieles a sus principios e ideas. Ejemplo de lo que decimos lo tenemos en el Grupo ACRISMATIC, capitaneado por Jesús Alamo, que ejerce su función de empresario veintiséis horas al día, y que está pendiente de iniciar las obras de un nuevo casino ubicado en Ondara ( Alicante ).
Las circunstancias adversas que venimos atravesando desde hace dos largos años, ahora acrecentadas por la locura del sátrapa ruso, y que tanto han repercutido sobre la situación económica del juego, no han impedido que ACRISMATIC siga con su proceso de crecimiento en materia de casinos que, con el proyectado en Ondara, sumarán cuatro en la Comunidad Valenciana donde ejerce un clarísimo liderazgo en éste segmento.
El compromiso decidido y la fuerte apuesta de Jesús Alamo y su compañía por el sector y su futuro constituyen una prueba irrefutable de confianza en la industria del juego y sus posibilidades, en su capacidad de evolución y en su madurez empresarial y profesional.
Invertir, arriesgar, crecer y crear empleo. Esto es lo que hace ACRISMATIC y que la sitúa en la cresta sectorial. Con un Jesús Alamo al frente que hace honor a su condición de empresario. Palabra muchas veces maltratada.
