Castilla y León celebró elecciones autonómicas que dieron el triunfo al PP y a su candidato a presidente de la Junta Alfonso Fernández Mañueco. Hay que tener memoria despierta y sacarla a colación cuando la oportunidad lo demanda. Entonces echo la vista atrás y me sitúo en Salamanca año 2004. Escenario urbano deslumbrante, con el tiempo detenido en una arquitectura monumental que es esencia de siglos y legado de historia, llama del saber y puerta abierta a la cultura. A ésa Salamanca donde la piedra se torna pura filigrana hecha arte y corona de un pasado esplendoroso llevó Alfonso Fernández Mañueco el I Congreso de Juego de Castilla y León siendo consejero de Presidencia y Administración Territorial. Fue el primer político en asumir una decisión de ésta naturaleza, y lo hizo con naturalidad y sin prejuicios, ayudado por un Luis Miguel González Gago que se volcó en la iniciativa y estuvo inmerso en ella a lo largo de quince ediciones.
Fernández Mañueco había sido alcalde de Salamanca y fiel a la ciudad en la que nació quiso que el Congreso tuviera la primera sede, luego se hizo itinerante, en su tierra. De ahí arrancó una idea feliz que tuvo espléndida continuidad y que hubo que interrumpir a causa de la pandemia por espacio de dos años.
En la medida en que vayamos recuperando la normalidad no me cabe la menor duda de que Fernández Mañueco persistirá en su voluntad de proseguir con la organización del Congreso de Juego de Castilla y León en éste año 2022. Pensar lo contrario sería tanto como hacer un borrón sobre una página de la que la Junta puede sentirse legítimamente orgullosa. Y el juego español también.
