Desde que escribo del juego vengo recogiendo noticias e informando sobre el cáncer que corroe las entrañas del bingo: que son los ilegales y sus tenderetes donde se tachan cartones impunemente y con riesgo de diversa índole. Es un mal que afecta de manera particular a diversas comunidades y que ha tenido, desde siempre, una especial virulencia en Canarias. El pirateo del bingo en las islas ha sido una constante a lo largo de los años y por muchas denuncias que se han hecho y a pesar de las redadas policiales desplegadas para erradicar los focos de ilegalidad éstos truhanes persisten en sus fines.
Durante una reunión con la consejera de Economía y Conocimiento y el consejero de Sanidad de Canarias para analizar los efectos del Covid-19 en distintos sectores y los protocolos puestos en marcha, el presidente de APEBI, Miguel Angel Alemán, se refirió a las garantías que daba el juego, cumpliendo al pié de la letra las directrices de una ley que es de la más actualizadas de España. El juego cumple, ratificó Alemán, quienes no lo hacen, dijo, son los bingos clandestinos y otras actividades de las que se desprenden riesgos más que evidentes.
De lo que se deduce que ni la pandemia es capaz de poner freno a éstos piratas del bingo que desafían al virus, a las autoridades, a la policía y a lo que se ponga delante. ¿ Hasta cuando se tolerará tamaño desafuero ?
