La empresa municipal de transportes de Madrid (EMT) ha decidido retirar la publicidad de apuestas online de sus autobuses. Atiende así a las críticas que se han vertido al respecto, en particular por parte de la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, quién calificó la campaña publicitaria de “vergüenza”.
Puedo entender que la sensibilidad de Rita Maestre, expodemita y ahora errejonista y siempre comunista, se turbe y experimente verdadera vergüenza al contemplar un anuncio de juego en un autobús. Está en su derecho de sentir vergüenza, cólera, malestar, irritación o lo que le plazca, si bien pienso que no es para tanto.
La misma vergüenza que la señorita Maestre ha experimentado al visualizar un mensaje publicitario del juego sentí yo al ver las fotografías que inmortalizaban su imagen entrando a grito pelado en un templo con los senos al aire. Aquél gesto de pretendida protesta denotaba la escasa vergüenza que la dama en cuestión alberga llegado el momento de despelotarse y de perpetrar una afrenta intolerable a la comunidad religiosa y sus fieles. Pienso que provocan infinita más vergüenza hechos de ésta naturaleza, que son una ofensa para muchas personas, que un simple anuncio. Pero éstos distingos no cuentan para una sensibilidad tan fina y delicada como ha demostrado poseer tan notable dama. Que de vergüenzas no es precisamente profesora.
