Julián Sánchez Martínez ha merecido un renovado voto de confianza para seguir al frente de EJUVA, la asociación valenciana del bingo. Lleva doce años en el cargo lo que significa que ha pasado por todo: por tiempos de cierta tranquilidad, es un decir, y por otros de fuertes turbulencias sectoriales como consecuencia de una situación marcada por el retroceso progresivo de la actividad. En cualquier caso su permanencia como presidente de la asociación lo que denota es que es una apuesta fiable, merecedora de la confianza del colectivo que no duda en su ratificación una convocatoria tras otra. Por ése camino tiene vía libre para consolidar su posición como el directivo más veterano en comandar los destinos de EJUVA.
Estoy directamente vinculado a EJUVA y sus avatares desde la etapa inicial cuando Rafael Romero cogió el testigo de Jesús Barrachina Luna para pilotar la asociación. Ya por entonces Julián Sánchez formaba dúo empresarial con su suegro que era directivo y entró a formar parte de la junta. Está por tanto vinculado a EJUVA y a sus órganos de dirección por espacio de cuarenta y siete años. Esto le ha hecho acumular experiencias y tomar buena nota de no pocas lecciones, algunas no aptas para ser desveladas. Su talante, tranquilo y dialogante, aunque no renuncia a subir los decibelios cuando es preciso, han hecho de su figura un directivo solvente.
Conocí y traté con asiduidad a Sánchez en sus largas épocas de EJUVA y también como empresario de CUATRE CARS, la firma de aparatos para la diversión y el entretenimiento que se erigió en una de las principales impulsoras de INDUFERIAS, una iniciativa que arrancó con fuerza, que tuvo ediciones brillantes y que se acabó por la predisposición innata que ejercemos los valencianos a la hora de no apoyar lo nuestro con el vigor requerido.
Celebro que Julián Sánchez continúe comandando EJUVA como prueba inequívoca de estabilidad asociativa, de posicionamientos claros y de voluntad unitaria que suele ser sinónimo de buena receta. Lo dicho: Julián Sánchez, presidente fiable.
