Modestia aparte si alguien puede ser cronista de la Confederación del Bingo desde sus inicios hasta hoy éste es el menda que escribe. Desde la época inicial de José Ramón Sanjuán, el clérigo que dejó la sotana para cantar bingo, hasta hoy he sido testigo de sus avatares, trapisondas, épocas boyantes y otras de decaimiento y espectador en butaca de primera fila de la división que desembocó en dos patronales. Intimé y mucho con sus presidentes, algunos convertidos para siempre en amigos del alma, y llevo escrito la tira sobre la trayectoria de la CEJ, casi tanto como lo callado por una autodiscrección puesta al servicio del sector y de su imagen. Siempre me he considerado gente del bingo y por ello he tratado de huir de cuestiones que pudieran dañar al colectivo o menoscabar la actividad.
En los años en que CEJ era una e indivisible, y dada mi estrechísima vinculación con sus principales dirigentes, ejercí misiones de carácter conciliador para que las paredes asociativas no se agrietaran. Y me mantuve al tanto, tomando la temperatura ambiental de las distintas asociaciones que conformaban la Confederación, del devenir y lo que acontecía en cada una de ellas con las que mantenía un nexo de comunicación muy frecuente. Y por descontado que en SECTOR vivimos al minuto y en primera persona todo lo relativo a la fragmentación de la patronal y la constitución de FEBJA. Con la particularidad de contar en ambos lados con amistades muy sinceras y sentidas que se han mantenido con fidelidad hasta hoy.
Al volver ayer a la realidad actual de CEJ y tomar contacto con representantes empresariales me asaltó de pronto el sentido evocador. Ese salir mentalmente a la búsqueda del tiempo perdido, que por más que lo persigamos no volverá nunca, para reencontrarme con Iniesta, Alfredo, Baldomero, Pedro José, Tono, De Pedro, Román y tantos nombres que forman parte indivisible de mi peripecia personal y profesional. Y de los que guardo imborrable recuerdo.
CEJ y sus historias. Esta es la íntima expansión de un cronista del bingo día a día que viene resistiendo para contar las actuaciones de Henar y los suyos. Y ahí seguimos.
