Han hecho del poder una máquina publicitaria. A imitación de los regímenes totalitarios utilizan el autobombo como prueba de su eficacia en la gestión. Cuentan para ello con la complicidad descarada de los grandes canales televisivos, el periódico y la cadena de radio de cabecera y otros medios afines. Por si ésta situación de ventaja política no fuera suficiente y con la mirada puesta en las elecciones generales nos están bombardeando un día sí y otro también con mensajes de los distintos ministerios, que nos cuestan un pastón, para informarnos sobre lo mucho y bien que hacen por la ciudadanía y para recordarnos, por si no habíamos caído en ello, que somos el país más rico del mundo. Todo forma parte de una operación propagandística cuyo objetivo no es otro que una invitación al voto, si bien realizado de manera procaz y escandalosa.
Al parecer estos alardes enaltecedores del presidente y sus compis no son suficientes. Se impone agotar todas las posibilidades y no dejar resquicio alguno para introducir la propaganda. Y como en esto del relato y el incienso para sí y los suyos son maestros han tenido la ocurrencia de llevar sus logros, sus leyendas hasta los billetes del gordo de Navidad. Y éste año de gloria y gracia jugamos al sorteo multimillonario del "sólo sí es sí." ¿ Como se les queda el cuerpo después de la cola que está trayendo la dichosa ley, propia de una analfabeta jurídica y sus vicetiples ?
Lo que suceda es que tanta soberbia e ignorancia juntas, tanto afán de protagonismo y tanta desvergüenza han desembocado en un chasco monumental. Jugamos al gordo de Navidad, al del "sólo sí es sí", en la que queda constancia plena de la incapacidad manifiesta de una ministra y un gobierno que, a pesar del derroche publicitario, sigue siendo, con mucho, el más nefasto e incompetente de la democracia española.
