¿ Cuantos megaproyectos sobre el juego nos han vendido en los últimos quince o veinte años ? He perdido la cuenta de las propuestas faraónicas que se han venido haciendo en Madrid, Aragón, Castilla La Mancha o Cataluña para levantar en sus territorios casinos, hoteles y complejos comerciales que traerían una lluvia de millones para invertir y generarían miles y miles de puestos de trabajo. Todos éstos casos, que daban la impresión de ser una versión moderna del "Bienvenido mister Marshall" de Berlanga, pasaron de recibimientos apoteósicos a sus promotores, con aceptación incluida de sus múltiples y desorbitadas exigencias, a ser un fiasco monumental. Había muchas dosis de fantasía, mucho cuento y no literario y una intención clara de querer jugar con todas las ventajas en unos proyectos mastodónticos que, de entrada, ofrecían muchísimas más dudas que certidumbres y de las que cabía desconfiar por puro sentido común, Que en ocasiones es el menos común sí nos atenemos a como fueron embaucados muchos de los políticos que mandaban en las autonomías citadas.
Con éstos antecedentes de por medio no resulta nada extraño que Isabel Díaz Ayuso no haya tenido duda alguna en tumbar ése nuevo Eurovegas que se le había propuesto a la Comunidad con el nombre de Madrid Livel y suponía una inversión de la tira de millones y la generación de empleo por millares. La presidenta Ayuso, que viene dando pruebas sólidas de que pisa fuerte, las ve venir y es sagaz y resolutiva no se ha dejado seducir por los cantos de sirena de los norteamericanos de turno y sus traídas del maná que obra milagros sociales.
Ayuso apuesta fuerte como suele hacerlo y pienso que gana. Los chascos que nos hemos llevado con los megaproyectos en cuestión han sido colosales. Y las tomaduras de pelo políticas también. La cordura de Ayuso nos evitará una más.
