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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Enrique Burgos en la trastienda

12 de junio de 2023

BINGOS REUNIDOS es uno de los grupos punteros del sector a escala nacional. Por el número de salas y por las señas de identidad y la calidad de los servicios que ofertan. Hasta su fallecimiento, que en ésta casa tanto hemos lamentado, Alfredo García Murcia fue la cara más visible de la compañía. Empresario de los que hacen honor a su condición de tales mantuvo una trayectoria propia de quién hizo gala de poseer una visión muy amplía del negocio y sus posibilidades de proyección. El grupo arranca con la sociedad formada por Alfredo y Enrique Burgos Aguado. Una pareja que en lo profesional acertó al repartirse los papeles y cuya identificación fue total a la hora de gestionar y avanzar.

En el reparto de funciones en BINGOS REUNIDOS, entonces y ahora, Enrique Burgos optó por decisión propia por ocupar un plano discreto. Lo suyo ha sido estar en la trastienda pero desempeñando unas labores de capital importancia para la buena marcha de la compañía. Planificando y atendiendo el funcionamiento de las salas, cuidando su marcha y estando pendiente de los detalles. Enrique posee un extenso conocimiento del juego y sus demandas más allá del bingo y ésa experiencia acumulada le ha servido, y mucho, para plasmarla en su gestión dentro del grupo.

La condición de ser un empresario notable, de los que llevan muchos años bregando en el sector, no le ha hecho abdicar de sus convicciones personales y profesionales que mantiene con extremado celo. Enrique rehúye con tenacidad cuando se trata de figurar desde la perspectiva individual. Rechaza cualquier gesto que implique proyección personal. Asegura que la notoriedad, el foco principal, están en BINGOS REUNIDOS que es lo que realmente importa.

Conozco y trato a Enrique Burgos desde hace muchísimo tiempo. Sé de su pasión por los automóviles que hicieron historia, de los que posee una colección para quitarse el sombrero. De su debilidad por el Mediterráneo que baña Alicante y la frondosidad aromatizada de la Sierra Mariola. Valoro su sentido del humor y su ironía. Y le estoy reconocido por la campechanía que ha presidido nuestras relaciones hasta el día de hoy.