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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Adicciones

3 de diciembre de 2021

Compro los periódicos todos los días en una gasolinera cercana a mi casa. Los dependientes me conocen por ser cliente habitual y, según me confiesan, de los pocos que siguen comprando periódicos, que llegan en números escasos y se quedan en los expositores.

Me ha llamado la atención el hecho de tener que esperar, en dos o tres ocasiones, alrededor de diez minutos para poder abonar la compra. El motivo: la empleada estaba un buen rato pasando una serie interminable de billetes por una maquinita que los iba validando. Y aguardando que acabara la operación estaba un caballero, ya entrado en años, que en las oportunidades que cito era el causante de la cola generada ante la ventanilla de pagos.

La verdad es que cada vez que veía al caballero en cuestión me impacientaba porque la espera estaba asegurada. Al final le pregunté a la empleada cuando finalizó su proceso y el señor en cuestión se había marchado. ¿ Oiga, que es lo que sucede con las pasaditas por la máquina de éste señor ? Muy sencillo, me respondió la dependienta: Se trata de boletos de la ONCE que éste cliente trae todos los días, por la mañana, al mediodía y por la noche para participar en tres sorteos y ver sus resultados. Y no crea, que cada billete cuesta 5 euros y trae un montón a lo largo de la jornada. Yo creo que está enfermo concluyó la empleada.

A lo mejor éste caso, absolutamente verídico, es una excepción porque tenemos entendido que los juegos públicos o semi son buenos y no provocan ningún tipo de adicción. Pero oigan, lo de éste tipo con la ONCE, es de una adicción de tomo y lomo. Y de psiquiatra de urgencia. Para que luego digan.