Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Castilla-La Mancha como ejemplo

29 de septiembre de 2016

No son pocas las ocasiones en que determinadas Comunidades, que no figuran entre las primeras por el grado de importancia económico social, resultan extremadamente resolutivas en materia regulatoria, propiciando así el crecimiento y potenciación de un sector determinado.

Esto ha sucedido en Castilla La Mancha con el juego. La Junta aprobó en 2013 una Ley del Juego que posteriormente tuvo su desarrollo reglamentario. Mandaba entonces en el territorio el gobierno del PP que encabezaba María Dolores de Cospedal y lo cierto es que la legislación nacida de aquélla Ley rompió barreras, cambio conceptos y estableció una fiscalidad más acorde con la realidad sectorial.

Una de las cuestiones básicas que introdujo la reglamentación de Castilla La Mancha fue modificar el concepto de establecimiento de juegos vigente hasta ése momento y habitual en el resto de territorios. Y lo hizo con criterios de amplitud en la plena acepción de la palabra, permitiendo la creación de otro tipo de locales con sentido evolutivo y disponiendo de una oferta plural y por descontado que más atractiva.

Las disposiciones adoptadas por el gobierno de Castilla La Mancha han sentado precedente por su espíritu liberalizador, por superar clichés anacrónicos y abrir ventanas para que el juego se aireara, tomara impulso y pudiera respirar y, sobre todo, dejara atrás una época de rigideces en la que el empresario, en la práctica, estaba casi incapacitado para ejercer su cometido como tal.

Todo proceso de evolución tiene detrás una serie de hechos y nombres que lo han hecho posible. Y el que se refiere a la apertura del juego en Castilla La Mancha contó con el impulso de quién desempeñaba la cartera de Hacienda, Arturo Romaní, y del concurso decisivo de José Feliciano Morales y el trabajo siempre eficiente de Eugenio Javier Sánchez. El actual ejecutivo ha mantenido idéntica sintonía con el desarrollo de las actividades relativas al juego.

Que duda cabe que los empresarios coadyudaron y mucho a la conquista de éste nuevo escenario. Mejor concebido, más atractivo, más de futuro. Y en la avanzadilla estuvo Juan José Sánchez Colilla, que de leyes y del juego se las sabe casi todas, y que tras su condición de jurista anida la figura de un empresario intrépido, sagaz y con agallas.