La Confederación Española de Empresarios de Bingos ( CEJ ), que encabeza Fernando Luis Henar, celebra reunión de su comité ejecutivo en Valencia. Rescata Fernando la tradición que en su época impuso Ignacio Benítez cuando lideró la patronal de programar asambleas itinerantes en los distintos territorios autonómicos. La medida es acertada por lo que implica de acercamiento a las asociaciones de ámbito comunitario para estrechar lazos, pulsar estados de opinión e incluso, como es el caso que nos ocupa, establecer un diálogo directo con la autoridad competente, la directora general de Tributos y Juego, Inmaculada Domínguez, y su equipo.
La medida soy de los que cree que hay que festejarla y, sobre todo, que tenga visos de continuidad. El fortalecimiento de la unidad del bingo pasa por el contacto entre directivos, la proximidad y el cara a cara de los que extraer ideas, propósitos y pautas de comportamiento. Y la CEJ debe de aprovechar su ascendencia en el plano de la representatividad para ser un factor puente de peso entre el empresariado y los representantes en materia de juego de los gobiernos comunitarios.
Al hilo de ésta cita tengo que evocar una asamblea de CEJ en Valencia bastantes años atrás. Había dos asociaciones muy importantes que no se habían salido de la Confederación pero, por razones diversas, estaban alejadas de la misma. Intermedié personalmente para que acudieran a Valencia y así lo hicieron realizando una gestión de la que me sentí satisfecho dada mi estrecha vinculación con el bingo.
CEJ amplia horizontes con la decisión de Fernando Luis Henar. Y todo lo que signifique abrir puertas para que el bingo se ventile en cada región no es otro síntoma que el del fortalecimiento colectivo, de la comunión de ideas y el remar juntos. En pos de un objetivo común que aspira a la consecución de un bingo más avanzado y atractivo. Un bingo cantando con la alegría que proviene de la felicidad.