Que no me hablen de la seriedad de los políticos. En términos generales la mayoría se distinguen por decir un día una cosa y al siguiente la contraria. Por prometer y prometer y diluirse sus palabras en el vaso de la nada. Por tomar el pelo a la ciudadanía con propuestas que casi nunca ven la luz de la realidad. Por torear literalmente a sus electores.
La última barrabasada política la localizamos en Castilla La Mancha. Dicen las informaciones que hay diez licencias de salones o despachos de juego autorizados “a priori” y el señor presidente de la Comunidad, don Emiliano García Page, sale ahora por peteneras anunciando que las va a paralizar. Así, con dos cataplines. Y los argumentos que esgrime para tomar la decisión es que tiene noticias de que entra mucha chiquillería a éstos locales.
¿Cuenta don Emiliano con datos fidedignos de lo que está hablando? ¿O lo hace bajo el acicate del populismo rampante que todo lo invade? Otro alarde de insensatez y frivolidad política. Como para fiarse de ellos, ni un pelo vamos.