Me cuentan varios representantes de asociaciones empresariales valencianas que llevan meses sin entrevistarse con los responsables autonómicos del juego. Que el diálogo está interrumpido o casi, que el silencio es la nota predominante, que el juego parece que no existe. No me lo acabo de creer. Y en caso de que fuera así supongo que será algo pasajero por culpa del maldito bichito que lleva de calle a las administraciones.
No termino de creerme ésta ausencia de contactos, ése cerrar la boca y no darle al juego ni los buenos días gobernando quienes gobiernan en la Comunidad Valenciana. Que son gente muy llana, muy accesible, muy del pueblo y para el pueblo. Gente que hace cosas chulísimas y que preconiza el empleo del diálogo por encima de todo para que la sociedad pueda desenvolverse en un ambiente de bienestar y alegría. Políticos de talla y enjundia que nos han caído como una bendición del cielo, que se desviven por todos los ciudadanos sin distinción de colores, y que hacen de la palabra un mensaje permanente de honestidad y limpieza. Y que incluso llegan hasta el agotamiento físico, que ya es decir, apurando múltiples vías de diálogo con obreros, empresarios también pero un poquito menos y cuantas entidades les soliciten ayuda.
Y con el juego ¿ que pasa ?. El mutis al sector, que no termino de aceptar sabiendo como son de parlanchines nuestros esforzadísimos políticos y sus funcionarios de servicio, será debido a una acumulación de trabajo, a un desborde colosal de decretos y papeleo. Porque el juego, para éste bendito gobierno valenciano, siempre ha sido especial, le ha dispensado un trato preferente y ha mantenido un diálogo fluidísimo. ¿ O no ? Y colorín colorado ya saben.