El País pasó en un santiamén de ser el látigo que flagelaba un día sí y otro también a don Pedro Sánchez, del que decía burradas, a convertirse en su principal palmero, al que jalea sin rubor cualquiera se sus paridas, algunas de las cuales resultan, cuanto menos, pintorescas. Con el incensario abierto echando humo en sus loas al presidente del gobierno; con la exhumación de Franco como tema estrella entre las principales preocupaciones de los españolitos y dando a diario mandobles a la iglesia vengan o no a cuento el autotitulado periódico global, cubre el grueso de sus informaciones habituales.
Y para reforzar tan interesantes y novedosos temarios, los chicos de El País, siempre alertan en pos de las exclusivas más impactantes, siempre pendientes de los problemas de mayor enjundia, los que quitan el sueño a los españoles, dan con un asunto crucial para Madrid y sus habitantes. Una cuestión que trae en jaque a la Villa y Corte: la proliferación de los salones. Y entonces se les enciende la luz y lanzan una consulta popular en forma de encuesta con una pregunta: ¿es partidario de la proliferación de salones en Madrid? Y listillos como son los chicos de El País, reducen la respuesta a positiva o negativa, conociendo de antemano, los muy cucos, la que será abrumadoramente mayoritaria.
Que un periódico presuntamente serio, de estilo campanudo y hoy escandalosamente prostituido se preste a acciones de ésta naturaleza, sumándose con manifiesta insensatez a la campaña de la izquierda radical contra el juego, pone de relieve que éste medio hace tiempo que abandonó la senda del rigor informativo para ejercitarse y darse maña en la elaboración del panfleto. Entre el incienso para Pedro Sánchez y Franco y sus demonios, la encuesta sobre los salones, por lo menos, rompe con las obsesiones de la casa. Aunque nos parezca, que lo es, una patochada.