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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Tres valencianos fundadores de ANDEMAR

18 de julio de 2016

Valencia tiene un peso específico muy considerable en el asociacionismo del juego. Para defender y encauzar reglamentariamente hablando los derechos del recreativo aquí se pusieron los cimientos de ANDEMAR. Y en el bingo fue EJUVA una de las pioneras en unirse a ASEJU y AEJEA, constituidas en los albores de la actividad en Madrid y Barcelona.

De EJUVA y de mis sólidas vinculaciones con la asociación y las personas que la forjaron y consolidaron he hablado en diversas ocasiones. Quiero por tanto cambiar el tercio y referirme a los tres mosqueteros que lucharon a capa y espada para crear ANDEMAR e insuflarle vida propia. Hay que remontarse al inicio del juego y de las máquinas y a una época bien diferente, donde la interlocución empresarial con la administración estaba en el ministerio del Interior a través de aquélla Comisión Nacional del Juego que tantos disgustos, y hasta guantazos, propinó al sector.

Los tres espadachines que protagonizaron la aventura asociativa fueron Manuel González Gómez, José Marqués Palanca y Gabriel Benito Monzó. Con los dos primeros mantuve un trato muy directo, en particular con Pepe, y con Benito la relación fue más esporádica y profesional que cercana o afectiva.

González, Marqués y Benito contribuyeron decisivamente a impulsar ANDEMAR y lo hicieron desde el convencimiento de que la unidad asociativa resultaba del todo punto imprescindible para la marcha de la actividad. El recreativo estaba despuntando como negocio y había que procurarse un vehículo que hiciera circular sus aspiraciones con normalidad y se ocupara de la defensa de sus intereses. Y a ésa tarea se dedicaron poniendo al servicio de la misma ideas, trabajo y sentido pragmático. Y para salir airosos de la aventura tuvieron que batirse en múltiples frentes, de algunos de los cuales escaparon con cicatrices, pero su triunfo final quedó impreso para siempre en la consolidación de ANDEMAR como asociación representativa del recreativo español. Y principal contribuidora a la redacción del primer reglamento de máquinas.

Con Pepe Marqués compartí muchos momentos de íntima convivencia. Y admiré su sinceridad, ése hacer frente y por derecho a las situaciones más complicadas y no cortarse un pelo llegado el momento de llamar a las cosas por su nombre. De Manuel González debo decir que mis contactos con él se acrecentaron considerablemente en la última etapa de su vida. Solíamos hablar mucho por teléfono y siempre recababa mi opinión sobre la actualidad sectorial. En aquéllas charlas me admiraba su lucidez y su capacidad para maniobrar. De los tres, únicamente Gabriel Benito, en el umbral de los noventa años, sigue siendo el conservador de un puñado inmenso de recuerdos que forjan la historia del recreativo español. Muchos de los cuales nacieron y se hicieron realidad en ésta Valencia de mis amores.