El bingo de la Comunidad de Madrid no levanta cabeza desde 2019. Es una caída sin red en términos económicos que está poniendo a muchas salas al borde del abismo. ASEJU, asociación que preside José Luis De Pedro Ramonet y que tiene en la figura de José Luis Merino un técnico con todas las de la ley, ha elaborado un concienzudo informe que radiografía con datos más que elocuentes la preocupante situación que atraviesa el sector. Lo cierto es que hay en el territorio un panorama sombrío del bingo, que viene prolongándose por espacio de cerca de cuatro años y que demanda de soluciones perentorias destinadas a taponar la sangría que padecen numerosas salas.
Que Madrid tenga funcionando en la actualidad 37 salas es un hecho evidente de que el SOS que lanza no lo hace a título gratuito. El panorama económico y por tanto de subsistencia de negocios pinta mal y amenaza con agravarse a corto y medio plazo de no adoptarse medidas que ayuden al alivio de la tesorería de las empresas.
¿ De qué medidas hablamos ? Lo resumía recientemente José Luis Merino en declaraciones a nuestra publicación. Partiendo del hecho de que la Comunidad se viene mostrando muy receptiva ante la problemática sectorial e intenta enderezarla, Merino subrayaba que es preciso aplicar un tipo tributario más reducido, mayores premios y mayor flexibilidad en lo concerniente a la oferta de máquinas. Son puntos esenciales que convendría abordar con la urgencia que reclama el momento en evitación de daños irreparables que afectarían a empresas y puestos de trabajo.
Desde que se legalizó el bingo Madrid se convirtió en brillante referencia sectorial. Por el alto número de salas, hasta entrar en caída libre. Por la categoría de muchas de ellas, por las cuotas de público y las cifras de venta. Un conjunto socioeconómico antaño potente que se ha ido diluyendo hasta extremos más que inquietantes. Que el bingo de Madrid lance un SOS invita e la búsqueda de soluciones rápidas y efectivas.