El bingo de Andalucía está contento con la gestión del gobierno presidido por Juanma Moreno Bonilla. Y lo expresó públicamente así por tener la sensibilidad de bajarle los impuestos, de darle un cierto respiro económico, de entender la gravedad de su situación. Y el juego en general también valoró su actitud solidaria con motivo de la pandemia al mostrar flexibilidad administrativa y deseos de ayudar.
Esta del juego es una metáfora de lo que viene aconteciendo en Andalucía con el ejecutivo de Moreno Bonilla, que se dejó de ideologías, de enfrentamientos, de guerracivilismo y fue directo a lo que le interesa al andaluz: al empleo, a la incentivación de la empresa, al aliento al autónomo, al aflojamiento del dogal tributario, a la agilidad en la gestión, al estar cerca y escuchar a la gente, al construir y no enfrentar.
Todo esto ha traído consigo un sol resplandeciente en Andalucía, un sol que alumbra con poder y vitalidad una etapa nueva y hasta ahora inédita en las tierras andaluzas. Un sol radiante de concordia y futuro que abre una fase de cambio profundo apasionante tras un resultado electoral histórico del PP y de su líder andaluz Juanma Moreno Bonilla.
El sol de Andalucía brilla y deja constancia clara que políticamente se puede triunfar, y hasta arrasar electoralmente, desde la moderación, la sencillez, la cercanía y el trabajo despojado de tics ideológicos. Eso, afortunadamente, todavía funciona y los ciudadanos lo valoran. Y de que manera.