Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Retorno al pasado

28 de abril de 2021

Confieso que a mi edad y provisto de un talante, heredado de mi padre, que propugnaba la moderación como regla de oro de la convivencia, siento un profundo rechazo a las actitudes o comportamientos extremos que alteran las relaciones sociales y siembran el enfrentamiento.

Por ésta razón me escandaliza y asquea la deriva emprendida por la política española en los últimos tiempos y que ha rebrotado ahora con inusitada virulencia en las elecciones autonómicas de Madrid. El ciudadano normal y corriente, que trabaja, paga sus impuestos y hace cabriolas para llegar a fin de mes no termina de salir de su asombro al ver y escuchar el dantesco espectáculo que le está dando a diario una clase política, de primera regional, empeñada en desenterrar el guerracivilismo y su lenguaje y manteniendo un auténtico pugilato para ver quién insulta más, quién es más fascista o comunista, quién es más criminal o asesino.

Somos muchos los españolitos amantes de la paz y la cordura los que asistimos a éste espectáculo alucinante y repugnante que nos ofrecen a diario unos descerebrados que pretenden llevarnos al 36, al no pasarán y a la estrategia escandalosa, que busca rentabilidad electoral, de las balas y los cuchillos.

El ciudadano no anestesiado por la propaganda política que invade todos los medios informativos, la persona que todavía se atreve a pensar por su cuenta y está vacunada contra el Covid-19 y la droga del sectarismo piensa que éste sainete de ribetes amargos es imposible que esté aconteciendo en la España del siglo XXI. Trata de sacudirse la pesadilla y comprueba que es tarea inútil. Hemos vuelto a las trincheras, a las balas y a los cuchillos. Con montajes que apestan incluidos. Pobrecita España, ¿ adonde te llevan cuatro desalmados…?