Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Relevos generacionales

3 de julio de 2023

Asegura el dicho popular que las empresas familiares las pone en órbita el genio de una primera generación, que la segunda las mantiene con sus vaivenes y la tercera se las carga, las lleva al precipicio económico y se acabó lo que se daba.

Caer en la tentación de generalizar no es recomendable ni en éste ni en la mayoría de temas. Desde que se legalizó el juego en España la inmensa mayoría de las empresas que se crearon tenían un marcado sesgo familiar. Hasta los grupos más representativos respondían a ésta condición. Desde entonces algunas de las compañías más potentes, de raíz familiar, perdieron su primitiva identidad para ser absorbidas por fondos de inversión. No obstante las sociedades formadas por miembros de una familia continúan prevaleciendo en el ámbito del juego español.

Según van transcurriendo los años se producen por razones de edad los relevos generacionales en las empresas del sector. Las hay que con resultados muy positivos por la gestión realizada por aquéllos que han asumido las nuevas responsabilidades. Y también se registran casos de sociedades en la que los herederos, por falta de vocación continuista o por incapacidad manifiesta, consiguen que la empresa pase a otras manos o no continúe.

Hay un dato innegable: en el juego como en el resto de sectores las generaciones que afloran a puestos de responsabilidad están mucho mejor preparadas que sus antecesores. Pero tampoco conviene olvidar que la formación no basta sí no convergen otros rasgos: la voluntad de trabajo sin claudicaciones, la pasión por lo que se hace, el no desmayar frente a las dificultades.

Quienes iniciaron los negocios del juego no poseían, en su inmensa mayoría, excesiva formación. Se abrieron camino a base de mucho esfuerzo, talento natural y aprendiendo de la universidad de la calle. Y los hubo que levantaron titanicamente verdaderos imperios. Los que tomaron o tomarán el relevo presentan unos curriculums académicos nada comparables con sus antecesores. Pero quizás estén desprovistos del genio natural, la audacia y el empuje de aquéllos que les abrieron el camino de la prosperidad. Si bien también se registran notables excepciones. Me reitero: conviene no generalizar.