Motivo de inmensa alegría fue para SECTOR reencontrarse con Manuela en Torremolinos. Como con Isabel, reina, sobraba cualquier apelativo sucede otro tanto con Manuela Jiménez, cuyo sólo nombre, figura y ejecutoria son sobradamente conocidos, y también muy bien valorados, en la industria española del juego. Hablamos de una señora, en la más plena acepción de la palabra, que no sólo forma parte del devenir de la industria desde casi sus inicios, sino que ha sido protagonista destacada en fases determinantes de la misma en las que ha desempeñado un papel de primera línea. Eso sí, realizado siempre por voluntad propia con altas dosis de discreción y cuidado, atributos que son pieza esencial de su personalidad. Y que le han permitido nadar en ocasiones en aguas procelosas con no pocos riesgos de naufragio. Y de las que siempre salió adelante por la intuición propia de quién conoce muy a fondo al sector y sabe situarse, grandísima virtud, en el lugar que corresponde en cada momento.
Manuela, por las experiencias acumuladas y las responsabilidades asumidas, está en las mejores condiciones para escribir un relato sobre las efemérides trascendentes del juego en España con mirada incluida hacia la América de allende de los mares, en los que desempeñó cometidos de enorme relevancia a pesar de su juventud. Me consta que nada de esto trascenderá al ámbito de lo público porque una de sus virtudes consiste en hacer del silencio una herramienta de uso permanente.
Johnny Ortiz, águila que vuela muy alto y goza de ojo clínico para analizar a las personas, apostó en su día el todo por Manuela y acertó de pleno. Convirtiéndola en piedra angular de ZITRO e imagen que ha sabido concitar unanimidades en torno a su figura. Cosa nada fácil en el sector. Por todo ello y para acabar con la rumorología imperante celebramos sobremanera el reencuentro de nuestra publicación, personificada en su director José Ignacio, con una Manuela en plenitud de saberes, de estar al quite con delicadeza e ironía y de seguir siendo un verdadero lujo para ZITRO e igualmente para la industria.
Manuela, queridos amigos, no hay más que una. Y es dama de alcurnia profesional.