Tuve la suerte de contar con la amistad de aquél matrimonio señorial que formaban Alicia Cerezo y Jesús Gómez Escardó. Eran los propietarios del hotel Monte Picayo, ubicado en el término de Puzol y convertido desde su apertura en residencia de los huéspedes ilustres que recalaban en Valencia. Con el paso de los años el negocio fue perdiendo fuelle y su viabilidad se vio seriamente comprometida. Como tabla de salvación Jesús barajó la idea de abrir un bingo anexo al establecimiento. Su amigo, David Castillo, gerente del teatro Principal de Valencia y asiduo del casino de Estoril, en Portugal, le convenció para que solicitara licencia para la creación de un casino. Y así, gracias a la sagacidad de Castillo, nació el casino Monte Picayo, el segundo inaugurado en España y toda una tabla de salvación económica para la familia de Gómez Escardó.
Por mi relación con sus propietarios fui el primero en dar la noticia en la prensa valenciana del nuevo proyecto de Monte Picayo que, lógicamente dado que estábamos en los albores de la legalización del juego, levantó inusitada expectación no sólo a nivel local si no nacional.
Lo he contado muchas veces. En la gala inaugural del Casino Monte Picayo estuvo toda la alta burguesía valenciana, el mundo de la empresa y los representantes de las principales instituciones. Resulto una velada perfecta. A pesar de que alguna de aquéllas deliciosas piñas rellenas de langostinos y salsa rosa pusieran perdido más de un esmoquin.
De tan memorable velada fueron destacados protagonistas el capitán general de la región, Jaime Milans del Bosch, el gobernador militar, Luis Caruana Gómez de Barreda, y el gobernador civil José María Fernández del Río, que se erigieron posteriormente en figuras destacadas durante la noche del 23F y el fallido golpe de estado, enfrentándose los dos primeros con Fernández del Rio.
Han transcurrido cuarenta y cinco años de la primera luz que iluminó de manera espléndida el Casino Monte Picayo, una fuente de ingresos inagotable en su primera época. Luego vinieron la decadencia, la venta y el cierre. Y todavía conservo fresca en la memoria el porte y la elegancia del matrimonio Gómez Escardó y Cerezo. Personajes destacados de una época inolvidable.
