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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Quien pierde manda

20 de febrero de 2024

España es diferente. El slogan se lo sacó de la mente un cabeza brillante a las órdenes de Manuel Fraga e hizo furor en los años sesenta. Y lo cierto es que responde a una realidad palpable si nos atenemos a que en nuestro país se producen hechos que son impensables en otras naciones europeas.

En el plano político, sin ir más lejos, en España preside el gobierno un político que no ha ganado ninguna elección. No sólo nunca ha salido triunfador en unos comicios generales. Es que desde que lidera su partido, y salvo la excepción de Cataluña y Castilla La Mancha ( gracias a García Page ), ha ido perdiendo en todas las elecciones autonómicas que se han venido celebrando. Ante tamaños resultados, que son muy estridentes en el último escenario de Galicia, hay que establecer la conclusión de que el tipo en cuestión está gafado, recibe el rechazo continuado de las urnas, no despierta la confianza necesaria entre la ciudadanía y detecta el poder merced a las componendas, pactos, concesiones y prebendas que otorga a quienes amenazan un día sí y otro también con desgajar la composición territorial del país para montar sus repúblicas de tebeo.

Desde luego que somos diferentes. Díganme en que país europeo de abolengo democrático llevaría la voz cantante y ejercería el ordeno y mando un caballero que se ve sistematicamente rechazado por la libre voluntad popular, que le niega, con persistente tozudez que se repite una y otra vez, su voto mayoritario. Un tío que no ha ganado una elección y que se autoproclama vencedor en todo con absoluta desfachatez. Que desconoce la autocrítica y no se esconde cuando vocea a los cuatro vientos que gobierna exclusivamente para los suyos y al resto de ciudadanos que les den. Estos comportamientos, de un perdedor nato, ¿ son asumibles en otros países de nuestro entorno ? Uno cree que no, pero ya sabe: España es diferente.

Desde luego don Manolito Fraga acertó. Y a éstas horas estará frotándose las manos de contento con lo acaecido en su Galicia de meigas y romances. Y entretanto, el que pierde manda.