Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Qué tiempos aquellos

31 de octubre de 2019

 Eran unos tiempos gloriosos en los que solíamos almorzar caviar iraní con Dom Perignon. Una época en la que futuro quedaba lejos y nos afanábamos en vivir el presente con extrema fruición, sacándole chispa a la alegría del momento que era contagiosa e invitaba a deslizarse por la pendiente de la vida, con promesas peligrosas y amenazantes en ocasiones.

El sector atravesaba su época dorada, y todo valía nada porque se pagaba a tocateja y el dinero se salía de los bolsillos. En aquéllos días de vino y rosas, de champagne a gogó y cigalas de metro y medio, el sector mostró su cara más desprendida, su generosidad larga y trabajada, su espíritu chisposo capaz de sembrar la sonrisa y ejercer como nadie la solidaridad, la ayuda al amigo que no has olvidado.

Eran tiempos de alocamiento generalizado, en los que lo imposible no existía y el instante se saboreaba hasta el último suspiro. Tiempos en los que se trabajaba muy duro, con luchas de calle y asaltos imprevistos. Pero al final de la jornada, agotadora muchas veces, el sector levantaba la copa de la recompensa bien ganada y dormía en paz, con la tranquilidad conquistada. No veíamos un futuro preñado de sombras. Pero saben que les digo: que nos quiten lo bailao.