La pregunta resulta pertinente. Porque Manuel Lao Hernández ha sido el alma, corazón y vida de COFAR. Sus intervenciones allí eran la salsa del congreso, decían lo que nadie se atrevía a decir y representaban la pasión y el atrevimiento puestos en pié de lucha para servir al juego y sus intereses. Habían charlas y exposiciones más sesudas, de mayor profundidad intelectual, de mayor contenido técnico o jurídico, pero nada comparable a la entrada en escena de Lao capaz de arrebatar al personal con su verbo caliente y su verdad sin tapujos. Su sinceridad, en ocasiones absolutamente temeraria y reñida con lo políticamente correcto, solía levantar a los congresistas de sus asientos. Hablaba el sector y lo hacía con el corazón y la cabeza, sin morderse la lengua y sin acomplejarse delante de los reguladores. Su postura sin dobleces y empujada por un vitalismo arrollador, constituye una síntesis de su perfil empresarial.
Es de suponer que el próximo COFAR, que señalará con letras relevantes una especie de despedida de Manuel Lao tras la venta de CIRSA, deparará un adiós multitudinario y emocionado por parte de un sector que le debe múltiples reconocimientos a su figura. A una figura que ha ido agigantándose a lo largo de cuarenta años hasta proyectar y consolidar un grupo internacional con presencia en medio mundo que es hoy orgullo de España. Y que trabajó lo indecible por dignificar y tirar del carro evolutivo para mejorar los negocios del juego.
¿Que pasará entonces con COFAR a partir del cierre del evento que se celebrará en junio? No lo sé y me gustaría conocer que planes se barajan al respecto. De lo que sí tengo constancia plena es que, pase lo que pase, nada será igual sin la valentía y el arrojo verbal, sin la verdad por delante de Manuel Lao Hernández.