Un abogado y amigo, con mucha trayectoria y saberes dentro del juego, me comenta: No es muy útil recurrir a los políticos para hacerles partícipes de los problemas del sector. No exhiben casi nunca mucha predisposición para ello y si pueden regatean, te hacen una finta verbal para quedar bien y, en la práctica, se inhiben y no hacen nada.
Conozco un poco a los políticos, y he tratado con los que de verdad tienen vocación de servicio público y también me he encontrado con los que están en las cosas para garantizarse unos ingresos y procurar medrar. Que de éstos abundan. En ambos casos el político suele jugar a las dobles, triples y más caras. Hoy dice una cosa y pasado mañana afirma lo contrario. Esa es la política en general servida en nuestro país por una mayoría de personas que, en muchas empresas, no pasarían de auxiliares administrativos. Pero es lo que tenemos y a los que votamos. No obstantes, y a pesar de que somos conscientes de que nos van a continuar embaucando con la palabrería vacua, la promesa incumplida, el florilegio verbal que se queda en puro artificio no tenemos más alternativa que insistir, machacar y seguir intentando que los políticos, vaya tropa, se metan con voluntad de hacer algo, positivo por supuesto, respecto al juego. Al menos lograr que no caigan en la demagogia. Que ya es algo.