Pasmado. Así me quedo cuando escucho a los políticos de extrema izquierda, podemitas y comunistas por más señas, hablar del juego. Sueltan auténticas burradas con la mayor naturalidad y sin el menor empacho y adoptan la postura de los toreros cuando después de una faena de relumbrón se quedan mirando al tendido y dicen: ¡ahí queda eso…!.
Estamos asistiendo, como sufridos espectadores, a un desfile incesante de tipos que se las dan y no tienen ni idea de lo que hablan. Y fruto de ése desconocimiento surgen una caterva de paridas de grueso tamaño y ningún sentido que fotografía de inmediato el ideario ideológico de quienes las pronuncian. ¿Se puede afirmar, con la cara de granito y dándole trascendencia a la declaración, que España está afectada por la pandemia del juego? ¿Ha consultado el sujeto lanzador de tamaña barbaridad el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua lo que significa una pandemia? ¿Está España o mi comunidad o la suya siendo víctima de una epidemia desoladora que afecta a la inmensa mayoría de sus individuos?.
El analfabetismo de éstos elementos que hacen uso y abuso de suficiencia política corre parejo con su osadía, con su arrogancia y su adán por epatar. Poseedores de lenguas descontroladas que pervierten a su antojo el lenguaje y denotan, en última instancia, su extrema flaqueza mental.