No es mas consejo apelar a la prudencia cuando los asuntos que afectan al juego con objeto de alboroto y griterío político que roza la paranoia. Una situación nunca vivida hasta la fecha por el sector que se ha utilizado como piedra de escándalo por los medios informáticos. El juego atraviesa un momento extremadamente delicado como consecuencia de unas actuaciones políticas que sólo buscan el fogonazo mediático y llamar la atención para justificar el desarrollo de una función pública tan carente de relieve como manifiestamente ineficaz.
Ante el fragor de ésta batalla contra el juego, en la que se está empleando artillería pesada, ¿cuál debe ser la posición sectorial? ¿Hay que hacer frente a la ofensiva sabiendo de antemano que se lucha en la inferioridad de condiciones o conviene replegarse a los cuarteles?.
Estos son los interrogantes que plantean sobre el juego ahora mismo. Y que provocan división y opiniones encontradas. Los hay que son partidarios de dar la cara y salir a la palestra para cantar las verdades del barquero . Y también están quienes consideran que conviene trabajar en silencio y persistir en la defensa sectorial desde la trastienda. Son los dilemas que se plantean en una etapa de inestabilidad y paranoia que zarandea los pilares del juego. Independientemente de la estrategia que se emplee en éste caso, la prudencia debe presidir cualquier tipo de acciones. Porque siempre es buena consejera.