Mi amigo el capi es Francisco Javier Franch Cardona, un tipo al que profeso un afecto especial y al que trato la tira de años, señal de que tanto él como servidor hemos entrado en una edad provecta que diría un cursi propicia para la evocación. SI, la de un tiempo ido el que compartí con el capi múltiples vivencias, asambleas, amagos conspiratorios, luchas asociativas y excelentes sesiones gastronómicas porque a Javi y a mí nos une muchísimo la afición por la buena mesa. Y el capi, en éste sentido, está más que capacitado para ejercer de catedrático de la cosa dada su condición de hostelero de los buenos, de los que marcan calidad y saben dar relevancia a su establecimiento. Recuerdo una velada, treinta años atrás, en un restaurante de su propiedad, Neguri, modelo de distinción y de personal que sabía lo que se traía entre manos, en el que la magnífica cena estuvo acompañada por los románticos compases de un piano cuyas notas eran ejecutadas con mano maestra.
Javier Franch ha sido todo lo que se puede ser dentro del bingo catalán y español. Fundador y presidente más duradero en AEJEA, líder de CEJ que durante su mandato llevó la actividad al escenario europeo creando EUBINGO junto a los ingleses y directivo de talante conciliador que apostó de manera permanente por el sentido unitario para fortalecer al sector. Franch personifica en su figura la vivencia de etapas duras, tanto al frente de AEJEA como de CEJ que supo sortear mediante el ejercicio de sus dotes diplomáticas y de una vocación asociativa que jamás le ha abandonado hasta el extremo de continuar prestando su experiencia a la marcha de AEJEA, ahora liderada por Fernando Luis Henar, gran amigo del capi y mío.
Franch y servidor establecimos desde época inmemorial, somos ya muy veteranos, una relación cálida que se mantiene intacta por encima de las distancias y los encuentros cada vez menos frecuentes. El teléfonos nos acerca de vez en cuando y nunca falta la rememoración de estampas que vivimos, disfrutamos y a veces sufrimos pero que sirvieron para estrechar lazos ya muy sólidos. Al capi le encantan los mariscos y al que esto suscribe le chiflan. Lo mejor es que nos demos pronto un abrazo delante, eso sí, de unos seleccionados crustáceos. Ya está tardando la cita.