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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Más juego para los norteamericanos

25 de mayo de 2018

Es un poco el mundo al revés. O aquello de mientras unos se defienden otros atacan. Lo digo por la coincidencia de situaciones sobre el asunto del juego. Hace unos días los ingleses anunciaban la reducción del precio de las partidas de las máquinas y salía un ministro diciendo que había que poner coto a las prácticas de azar porque “arruinaban a colectividades” y cito textual. Y acto seguido salta la noticia de que la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos deja en manos de los distintos estados la decisión de autorizar o prohibir las apuestas y el juego. Se acabaron por tanto los exclusivismos de Las Vegas y son varios los estados dispuestos a entonar el hagan juego señores.

Son las dos caras de una misma moneda que invitan a la serena reflexión. En el Reino Unido en particular las apuestas gozan de una larga tradición. Allí se han cruzado apuestas hasta del número de gin-tonics que se tomaba el príncipe Felipe sentado en un salón del parlamento aguardando a que la reina Isabel concluyera su discurso de apertura. Por ello sorprende que después de tanta historia con el juego los británicos se pongan ahora tan dramáticos, tan exageradamente dramáticos creo yo, ultradimensionando el problema y hablando de ruina comunitaria. Habría que invocar la flema británica y no dejarse arrastrar por el tremendismo sobre el que es tan fácil caer en éstos temas.

Conociendo a los americanos y a la visión fantástica y grandiosa que albergan ante cualquier iniciativa de éxito cabe esperar la proliferación del juego en numerosos territorios. Y tampoco sería ni bueno ni deseable ver estados convertidos en timbas monumentales. Conviene que la mesura impere y se den pasos seguros y solventes. Y si quieren lecciones que vengan a España. Aquí de juego responsable ya sabemos la tira. Hasta da para una biblia del asunto. Conocida popularmente como “La biblia en pasta.”