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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Martínez Alcázar y su aventura empresarial

14 de junio de 2016

Hay personas que tienen un bache en la vida y ya no se recuperan. Otras, en cambio, suelen superar los efectos no de uno sino de varios baches y salen adelante. Y lo hacen a base de no dejarse vencer por los contratiempos, de superar con fuerza los reveses, de echarle agallas para pasar por encima de los obstáculos que ponen piedras en los caminos de la existencia de cada individuo.

Una de ésas personas que ha vivido el cara y cruz en su peripecia profesional es Antonio Martínez Alcázar. Directivo destacado de grandes grupos empresariales del juego, en los que tuvo poder de decisión, cerró dos etapas de su labor de manera inesperada. Y como consecuencia de éstas dos interrupciones de trabajo surgieron unos paréntesis de los que unos se recuperan y otros se hunden. Y Antonio pertenece al primer grupo, el de los que no se dejan vencer fácilmente, el de los peleones, el de los que no son amigos de arrojar la toalla.

En tiempos no demasiado propicios como los que estamos atravesando, en los que las empresas luchan a brazo partido contra múltiples adversidades cotidianas, Antonio Martínez Alcázar no se lo pensó dos veces y puso manos a la obra de impulsar su propia aventura empresarial. Contaba para ello con dos armas de calibre seguro: experiencia y olfato sobre el juego y lo que quieren los jugadores y no ponerse barreras llegado el momento de trabajar, de invertir horas y hacer viajes, de pisar mundo en pos de la pieza que conduce al éxito.
 
En la actualidad Antonio está en la primera línea de fuego, donde silban las balas de la competencia y hay que fortificarse en la trinchera para salir de la batalla diaria, si es posible, con los menores rasguños. Peleando a fondo para ganar la partida de hacerse un hueco en el mercado y colocar sus productos. Estar en el fregado que le gusta y del que sabe, y al que aporta labia y un sentido del comercio que es capaz de vender lo invendible. Ahí está, en la lucha de todos los días, éste Antonio Martínez Alcázar para el que los baches son meros accidentes de los que uno, con sentido para la supervivencia y autoestima vacunada contra las caídas de ánimo, sale indemne.