Cuando recibió el Premio EXPOJOC a la trayectoria profesional Antonio Martínez Alcázar pronunció unas palabras que le salieron del alma, que fueron una declaración sincera sobre su quehacer en la industria, la ayuda inestimable de su equipo y el orgullo de pertenecer a una Comunidad de la que se sentía orgulloso y entusiasta. Tuvo frases de aliento para EXPOJOC animando a que persistiera en el camino emprendido a pesar de las dificultades que se han ido poniendo con la intención última de que el evento naufragara. Objetivo que no han conseguido los que se empeñaron en ello.
Con posterioridad al acto hablamos con Antonio y confesaba lo siguiente: «Llevaba un pequeño guión preparado para dirigirme a los asistentes pero no se que pasó que no lo veía. Me vi en la necesidad de improvisar y la verdad es que lo que dije con respecto a EXPOJOC es lo que sentía. Me consta lo que se ha luchado para sacar la idea adelante y ahí contaréis siempre con la participación de mi empresa y la mía propia.»
Las palabras quedan y llegan. Y al margen del sentido de las mismas que en éste caso hablan de la gran humanidad de Antonio Martínez Alcázar hay que añadir la fidelidad que viene mostrando a EXPOJOC. Son diez años consecutivos los que viene estando presente en la muestra de una manera incondicional y contra viento y marea. Lo ha hecho en tiempos de bonanza y en época de ventisca, no dejándose influir para nada en ningún tipo de recomendaciones. Haciendo gala en todo momento y circunstancia que es el único dueño de sus actos y que su empresa está alli donde él decide.
Son muchos los años de relación directa que tengo con Antonio. Escuché de su propia voz confesiones a pecho abierto en momento difíciles para él. Le brindé mi apoyo en la medida que pudiera. Y cuando llegó la hora me demostró que era persona muy agradecida. Lo ha venido poniendo de relieve a lo largo de los años y de los múltiples avatares que nos han ido afectando y tocando a ambos. Por todo ello le dispenso un trato de amigo sólido, de amigo que no decepciona, que está a las buenas y a las que pintan mal. Y sus palabras sobre EXPOJOC quedan. Y se hospedan con gratitud en la memoria. Gracias, Antonio.